sábado, 9 de julio de 2016

La Biblia. Origen y Formación

En la Biblia tenemos el principal testimonio de la comunicación de Dios con el hombre. Es su Palabra. La misma que creó el mundo, la misma que «se hizo carne  para poner su morada entre nosotros» (Jn 1, 14). Y esa morada sigue entre nosotros. La Biblia es testimonio de lo que Dios hizo y sigue haciendo con la humanidad: cómo creó la Iglesia, la sostiene y hace crecer en la fe a sus discípulos.

La Biblia es el lugar donde nos encontramos con la Palabra de Dios hecha hombre: Jesucristo. Por eso San Jerónimo decía que "desconocer las Escrituras es desconocer a Jesucristo". Más que hablarnos de Dios, la biblia es Dios que nos habla. Es Dios que se revela y, por su bondad y sabiduría, nos hace reconocer el misterio de su voluntad.

Conocer sobre su origen, su formación y su estructura nos ayudará a leerla con más provecho para nuestra vida y entregarnos más plenamente a la voluntad de Dios.

En el tema Introducción a la Biblia veíamos que Biblia proviene del vocablo griego βίβλος (Biblos) que significa Libros. La Biblia es pues un conjunto de libros de estilos y autores variados. Estos libros están agrupados en dos grandes partes: El Antiguo y el Nuevo Testamento. La palabra Testamento viene del latín "testamentum" que significa alianza. Se trata entonces de la Antigua Alianza y la Nueva Alianza.

El Antiguo Testamento consta de 46 libros, que se pueden agrupar en cuatro partes:

1) El Pentateuco. Los cinco primeros libros de la Biblia: Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio. A estos libros los judíos los llamaban "La Torá".

2) Libros Históricos. Relatan la historia del pueblo de Israel desde Josué hasta el fin de los reyes.

3) Libros Poéticos y Sapienciales. Contienen enseñanza de la sabiduría antigua de Israel y poesía que expresa su vida espiritual.

4) Libros Proféticos. Escritos que contienen los mensajes que Dios mandó en diversas épocas al pueblo de Israel, a través de algunos hombres.

El Nuevo Testamento está compuesto de 27 libros que también se pueden agrupar en cuatro partes:

1) Evangelios. Cuatro relatos sobre la vida y obra de Jesús.

2) Hechos de los Apóstoles. Relato de la formación de la Iglesia primitiva.

3) Epístolas. Cartas escritas por algunos apóstoles dirigidas a las primeras comunidades para instruirlos y animarlos.

4) Apocalipsis. Libro cuyo nombre significa "revelación" y que contiene precisamente revelaciones en forma de visiones.

En total son 73 libros que conforman un tejido que conjuga a la vez variedad y unidad. Variedad de autores y tiempos: se calcula que entre el libro más antiguo y el más reciente hay 1,200 años de distancia. Variedad de estilos: hay poesía, correspondencia, visiones, leyes, historia, censos, cuentos didácticos, proverbios, leyendas, oraciones, etc. Variedad de autores: no es posible definir cuántos hombres intervinieron en la redacción de todos los libros.

Al mismo tiempo hay en la Biblia una gran unidad, gracias a su autor definitivo: Dios mismo. Se puede leer en ella una propuesta de amor para los hombres, dicha de mil formas, pero que sólo busca una cosa: que los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad.

Formación

Esta palabra de Dios, que existía desde siempre en Dios mismo, se fue manifestando al pueblo de Israel. El Antiguo Testamento fue adquiriendo forma pasando por cuatro etapas:

El origen de esta Palabra con los acontecimientos. La acción salvífica de Dios que convirtió la historia del hombre en historia de salvación. Todo lo que acontecía al pueblo de Israel era interpretado como intervención de Dios en su historia.

Los acontecimientos se relataban oralmente para transmitirse de generación en generación, a través de poemas, relatos, cantos, etc. que constituyeron las tradiciones orales.

Estas tradiciones fueron dando forma a escritos. Una vez que el pueblo de Israel dejó de ser nómada y se vio amenazado en sus tradiciones por los pueblos vecinos, se consignó por escrito una síntesis de sus relatos, leyendas, cantos, enseñanzas, leyes, etc.

Por último, estos escritos se reunieron para poderlos utilizar en la enseñanza y en ceremonias. Fueron así naciendo "libros" del Antiguo Testamento, que tiempo después recibirían una redacción final y se ordenarían en un sólo cuerpo, para preservar sus valores frente a la amenaza que significaban los pueblos que a lo largo de la historia fueron dominando militar y culturalmente a Israel. Así nacieron los "libros sagrados".

En este proceso, el pueblo de Israel iba descubriendo poco a poco su propia identidad, respondiéndose para que existía, el porqué de su pasado y a qué estaba llamado. Al responderse esto encontró la presencia de Dios, en los acontecimientos, y una enseñanza que Dios le manifestaba.

No obstante, la Palabra de Dios despliega toda su fuerza en el Nuevo Testamento, en el que sobresalen los cuatro Evangelios, porque son el principal testimonio de la vida y enseñanza de Jesús. Estos libros también se formaron a partir de acontecimientos. Los hechos y palabras de Jesús de Nazaret. Después los Apóstoles los comunicaron verbalmente con la comprensión que de ello les dio la resurrección de Jesús y el Espíritu Santo recibido en Pentecostés. Después, los mismos Apóstoles y otros hombres de su tiempo, lo pusieron por escrito y, finalmente, compusieron los cuatro Evangelios sintetizando tanto la tradición oral como la escrita.

Además, el Nuevo Testamento comprende otros escritos que explican la doctrina de Jesús y proclaman la fuerza de su salvación: las Epístolas, los Hechos de los Apóstoles, que cuentan como comenzó a difundirse la Iglesia; y el Apocalipsis, que predice su consumación gloriosa.

A pesar de sus diferencias entre el Antiguo y el Nuevo Testamento hay una unidad de fondo que expresó San  Agustín cuando dijo: "El Nuevo Testamento tiene escondido al Antiguo y el Antiguo tiene revelado al Nuevo".

Capítulos y versículos

Para poder encontrar más fácil los textos, en 1226 Esteban Langton dividió cada libro en capítulos numerados. En 1551 Robert Estienne puso números a las frases de cada capítulo llamándolos versículos. No hay que darle demasiada importancia a estas divisiones, porque a veces no corresponden al sentido del texto. Sin embargo eso no les resta utilidad.

Inspiración

Ya hemos dicho que Dios es el autor de toda la Biblia, y que, al mismo tiempo, es obra de muchos hombres inspirados por el Espíritu Santo que pusieron con palabras humanas lo que Dios quiso decirnos. Esto lo hicieron con sus facultades y talentos, por lo que también son verdaderos autores, pero obrando Dios en ellos y por ellos. Se dice que Dios es la causa primera de la Biblia, y los escritores la causa instrumental.

Lo que afirman los hagiógrafos, palabra que significa "autores sagrados", lo afirma el mismo Espíritu Santo. Por eso podemos decir que la Biblia enseña fielmente la verdad de la salvación que Dios nos quiso comunicar.

Canon

La palabra Canon significa caña, medida, norma o catálogo. En el caso de la Biblia, se refiere a la normatividad que ha determinado oficialmente cuales libros son inspirados y, por ello, parte de la Biblia, A lo largo de la historia de la Iglesia muchos se han propuesto como inspirados, Por eso es muy importante definir cuales si lo son.

Esto hizo el Concilio de Trento en 1546, cuando definió el Canon de la Escritura . Esto es, la lista oficial de libros inspirados. En él se incluyeron 46 libros para el Antiguo Testamento, de los cuales los protestantes suprimen siete: Baruc, Judit, Tobías, Macabeos I y II, Sabiduría y Sirácides. Los llaman "apócrifos", que quiere decir falsos, mientras que para nosotros son "deuterocanónicos", es decir incluidos en el canon en segundo lugar. Esta decisión no se tomó a la ligera, sino considerando la tradición, la lista que era generalmente aceptada por toda la Iglesia, que no contradijeran la doctrina de la fe. Pero, lo más importante, la asistencia del Espíritu Santo. En otra ocasión profundizaremos acerca de los libros deuterocanónicos.

Conclusión

La Biblia es la Palabra de Dios escrita en lenguaje humano que nos revela su amor y su plan salvador. Es más que un libro, una colección de libros escritos en épocas y ambientes diversos por muchos autores, pero todos ellos asistidos por el Espíritu Santo.

Es la Palabra misma de Dios que sigue viva y actuante, es la presencia de Dios en su Hijo Jesús, Palabra hecha carne.

Que Dios te llene de bendiciones

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