viernes, 1 de enero de 2016

La fiesta de la Epifanía. La manifestación del Señor.

Jesús había nacido en Belén de Judá durante el reinado de Herodes. Unos Magos que venían de Oriente llegaron a Jerusalén preguntando: «¿Dónde está el rey de los judíos recién nacido? Porque hemos visto su estrella en el Oriente y venimos a adorarlo.»
Herodes y toda Jerusalén quedaron muy alborotados al oír esto. Reunió de inmediato a los sumos sacerdotes y a los que enseñaban la Ley al pueblo, y les hizo precisar dónde tenía que nacer el Mesías. Ellos le contestaron: «En Belén de Judá, pues así lo escribió el profeta: Y tú, Belén, tierra de Judá, no eres en absoluto la más pequeña entre los pueblos de Judá, porque de ti saldrá un jefe, el que apacentará a mi pueblo, Israel.
Entonces Herodes llamó en privado a los Magos, y les hizo precisar la fecha en que se les había aparecido la estrella. Después los envió a Belén y les dijo: «Vayan y averigüen bien todo lo que se refiere a ese niño, y apenas lo encuentren, avísenme, porque yo también iré a rendirle homenaje.»
Después de esta entrevista con el rey, los Magos se pusieron en camino; y fíjense: la estrella que habían visto en el Oriente iba delante de ellos, hasta que se detuvo sobre el lugar donde estaba el niño.
¡Qué alegría más grande: habían visto otra vez a la estrella!. Al entrar a la casa vieron al niño con María, su madre; se arrodillaron y le adoraron. Abrieron después sus cofres y le ofrecieron sus regalos de oro, incienso y mirra.
Luego se les avisó en sueños que no volvieran donde Herodes, así que regresaron a su país por otro camino. (Mt 2, 1-12)

La Epifanía es una de las fiestas más antiguas. Comenzó a celebrarse en Oriente en el siglo III y en Occidente se le adoptó en el siglo IV.
Epifanía (θεοφάνεια) es un vocablo griego que significa "manifestación". Jesús se da a conocer a la humanidad. Aunque Jesús se dio a conocer en diferentes momentos a diferentes personas, la Iglesia celebra como epifanías tres eventos:

Su epifanía ante los magos (Mt 2, 1-12).

Su epifanía a San Juan Bautista en el Jordán (Mt 3, 13-17).

Su epifanía a sus discípulos y comienzo de Su vida pública con el milagro de las bodas de Caná.(Jn 2, 1-11).

La epifanía que celebramos en este tiempo de Navidad es la primera.

Pero ¿quiénes eran estos tres hombres? El único texto bíblico que los menciona es el capítulo 2 del Evangelio según San Mateo, en los versículos del 1 al 12, Es poco lo que Mateo dice acerca de ellos. Particularmente no indica el número específico, ni su procedencia exacta, sólo menciona que procedían de Oriente.

Parece ser que, sólo por el hecho de que el texto bíblico indica que trajeron tres regalos (oro, incienso y mirra), se dio por sentado que eran tres. Aunque también, en algún momento de la historia se ha señalado que eran dos, cuatro, siete y hasta doce.

Asimismo el Evangelio se refiere a ellos como Magos. La palabra magos proviene del griego mágoi (μάγοι), cuyo verdadero significado es Sabios.

Estos Sabios eran hombres que por su cultura y espiritualidad cultivaban su conocimiento del hombre y de la naturaleza esforzándose especialmente por un contacto con Dios. Y probablemente provenían de territorios de Babilonia y la antigua Persia.

Pero ¿Qué importancia tienen estos hombres en el relato bíblico? Mucha, pues ellos representan las culturas que el pueblo judío consideraba como paganas. Entonces el relato bíblico nos dice que Cristo viene como Salvador no sólo del pueblo judío, sino de toda la humanidad. De ahí que en el pasaje de Lucas en el capítulo 5 versículo 32 Jesús dijera "No he venido para llamar a los buenos, sino para invitar a los pecadores a que se arrepientan".

De tal manera que Jesús viene a manifestarse a cada uno de nosotros. La pregunta es si nosotros, como los Magos, estamos buscando al Mesías que ha nacido para adorarlo y reconocerlo como Señor de nuestras vidas. 

Que Dios despierte en nuestros corazones el deseo de buscarlo y encontrarnos con Él.

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