Continuamos reflexionando las Obras de Misericordia Corporales. Anteriormente reflexionamos las dos primeras: Dar de comer al hambriento y dar de beber al sediento, las cuales vimos que eran complementarias.
3. Dar posada al necesitado
En la antigüedad el dar posada a los viajeros era un asunto de vida o muerte, por lo complicado y arriesgado de las travesías. No es el caso hoy en día. Pero, aún así, podría tocarnos recibir a alguien en nuestra casa, no por pura hospitalidad de amistad o familia, sino por alguna verdadera necesidad.
Y no sabemos a quién ayudamos. Algunos han ayudado a Ángeles bajo formas humanas: A Abraham y Lot les sucedió. Esto lo recuerda posteriormente San Pablo en la carta a los Hebreos: "No dejen de practicar la hospitalidad, pues saben que algunos dieron alojamiento a Ángeles sin saberlo." (Hebreos 13, 2).
En estos últimos meses el mundo ha tenido la oportunidad de practicar esta obra de misericordia con la peregrinación de nuestros hermanos sirios que buscan asilo, como refugiados, al huir de la guerra en su país. Tristemente son muchos los que han desaprovechado la oportunidad de realizar esta obra de misericordia.
4. Vestir al desnudo
Esta obra de misericordia se nos facilita con las recolecciones de ropa que se hacen Parroquias y otros centros de recolección. Recordar que, aunque demos ropa usada, no debemos dar lo que ya está como para botar o convertir en trapos de limpieza. Si bien podemos dar de lo que y no nos sirve, también podemos dar de lo que aún es útil.
Sin embargo si conocemos personas con necesidad, podemos nosotros mismo proporcionarles la ropa que necesiten sin tener que acudir a los centros de recolección.
5. Visitar al enfermo
No se trata de visitas sociales, por cumplir. Se trata de una verdadera atención a los enfermos y ancianos, tanto en cuidado físico, como en compañía. Y la atención más importante en casos de vejez y enfermedades graves es la espiritual.
El mejor ejemplo en la Sagrada Escritura es el de la Parábola del Buen Samaritano, que curó al herido y, al no poder continuar ocupándose directamente, confió los cuidados que necesitaba a otro a quien le ofreció pagarle (Lucas 10, 30-37).
El visitar al enfermo incluye el auxilio a los heridos en un accidente o en un desastre natural.
Aquí me gustaría compartir lo siguiente, a manera de testimonio. En las últimas semanas mi esposa Reyna ha estado trabajando, junto a otros hermanos de la comunidad, en un nuevo proyecto de pastoral de enfermos. El cual consiste, en una primera etapa, en realizar una encuesta, casa por casa, para determinar el número de feligreses que sufren alguna enfermedad que les impide acercarse a la Eucaristía. En una segunda etapa, se realizan visitas de acompañamiento espiritual seguidas de visitas pastorales por parte de nuestro párroco. Todo esto con la finalidad de vivir este año de la misericordia. Y aunque es mi esposa quien está trabajando directamente en este proyecto, también a mí me corresponde apoyarla y ¿porqué no? acompañarla en algunas vivistas.
Es una oportunidad que Dios nos da para realizar esta tan importante obra de misericordia.
6. Socorrer a los presos
Esto implica visitar a los presos y darles ayuda material y muy especialmente, asistencia espiritual para ayudarlos a enmendarse y ser personas útiles y de bien cuando terminen el tiempo asignado por la justicia.
Significa también rescatar a los inocentes secuestrados. En la antigüedad los cristianos pagaban para liberar esclavos o se cambiaban por prisioneros inocentes. Hoy en día este mandato es relevante con prisioneros inocentes y secuestrados.
Me viene a la mente el magnífico documental mexicano "Presunto culpable", donde un abogado experimentado busca, sin cobrar un solo centavo, liberar a un inocente acusado injustamente de homicidio.
7. Sepultar a los difuntos
El más famoso muerto sepultado y en una tumba que no era propia fue el mismo Jesucristo. José de Arimatea facilitó una tumba de su propiedad para el Señor. Pero no sólo eso, sino que tuvo que tener valor para presentarse a Pilato y pedir el cuerpo de Jesús. Y también participó Nicodemo, quien ayudó a sepultarlo. (Juan 19, 38-42).
¿Porqué es importante dar digna sepultura al cuerpo humano?
Porque el cuerpo humano ha sido alojamiento del Espíritu Santo.
"¿No saben que su cuerpo es templo del Espíritu Santo que han recibido de Dios y que está en ustedes?" (1 Corintios 6, 19)
¿Está permitido incinerar los restos de los difuntos?
En nuestros tiempos se está faltando el respeto a lo que ha sido templo del Espíritu Santo, porque la gente esparce las cenizas por donde se les ocurre, sin dar una sepultura digna. ¡Hasta se hacen dijes colgantes para guardar el recuerdo del difunto! O se tienen las cenizas expuestas en la casa. A continuación veremos las normas que tiene la Iglesia respecto a la cremación.
Normas de la Iglesia sobre cremación y cenizas
"La Iglesia permite la incineración cuando con ella no se cuestiona la fe en la resurrección del cuerpo" (Catecismo de la Iglesia Católica # 2301)
Aunque la Iglesia claramente prefiere y urge que el cuerpo del difunto esté presente en los ritos funerales, estos ritos pueden celebrarse también en presencia de los restos incinerados del difunto.
Cuando por razones válidas no es posible que los ritos se celebren en presencia del cuerpo del difunto, debe darse a los restos incinerados el mismo tratamiento y respeto que se tiene al cuerpo humano del cual proceden.
Este cuidado respetuoso significa el uso de un recipiente digno para contener las cenizas, y de manera cuidadosa deben ser conducidos al sitio de su colocación final. Los restos incinerados deben ser sepultados en una fosa o en un mausoleo o en un columbario también conocido como nicho.
La práctica de esparcir los restos incinerados en el mar, desde el aire o en la tierra, o de conservarlo en el hogar de la familia del difunto, o de dividir los restos para distribuirlo entre los familiares, no es la forma respetuosa que la Iglesia espera y requiere para sus miembros (Orden de Funerales Crisitanos, Apéndice No 2. Incineración, No. 417).
Hasta aquí hemos concluido nuestra reflexión sobre las Obras de Misericordia Corporales. En el siguiente tema reflexionaremos acerca de las Obras de Misericordia Espirituales, que son igual de importantes para nuestro crecimiento espiritual.
Que Dios te llene de bendiciones.
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