Continuamos con nuestra reflexión acerca de la homosexualidad. En la primera parte veíamos que, según la Biblia, la homosexualidad es un pecado contrario a la voluntad de Dios y que todos aquellos que permanecen en el quedarán fuera del Reino de Dios. Aún así, los homosexuales tienen la oportunidad de alcanzar el perdón de Dios al igual que todos los pecadores, pues Dios promete dar a todos aquellos que crean en Jesucristo para su salvación, la fuerza para la victoria sobre el pecado.
En esta ocasión analizaremos el estudio realizado por el holandés Gerard J. M. van den Aardweg, Doctor en psicología por la Universidad de Amsterdam, quien ha impartido cursos en América y Europa, y se dedica a tratar de ayudar a las personas afectadas por esta anomalía llamada homosexualidad.
Este reconocido psicólogo ha publicado un libro llamado "Homosexualidad y Esperanza", y dice que esperanza hace referencia a la actitud interior de quien se enfrenta con sentimientos homosexuales. Aunque digan que se aceptan como son, el autor afirma que felices, de verdad, no lo son nunca.
Aclara que gay significa originalmente alegre, animado, pero que ha perdido este significado desde que se usa para el estilo de vida homosexual. Ahora el significado de dicha palabra ha pasado a ser alegría afectada, artificial, limitada casi con exhibicionismo. La alegría del gay es parecida, en parte, a la del alcohólico.
El homosexual cae en una sexualidad neurótica. El diseñador de alta costura alemán Wolfgang Joop, homosexual, afirma en un tono cínico en una entrevista concedida a una revista: “Esto es un estilo de vida que crea adicción y, a la vez, una especie de frigidez. Como no estás satisfecho aumentas la dosis y, en consecuencia, se multiplican las frustraciones”.
Quien acepta y se identifica con su condición de homosexual, puede sentir algún alivio, pero cae preso de una sexualidad neurótica. Por eso, el camino contrario, la búsqueda de la verdad sobre sí mismo sin dejarse arrastrar por un derrotismo de “yo soy así”, es camino de esperanza.
Generalmente los deseos homosexuales arrancan de situaciones depresivas que se padecen en la juventud debido a complejos, soledad, frustraciones, inseguridad en la identidad sexual. Y todo ello se opone a la esperanza. La esperanza se pierde cuando se piensa que uno es fatalmente así y no tiene remedio. No puede caer el homosexual en un pesimismo pensando que su caso no tiene solución. Hay esperanza cuando se intenta superar las dificultades, los complejos y se huye de las ofertas que una sociedad depravada hace continuamente en este campo, en el que quedan atrapados tantos niños y jóvenes por culpa de viejos verdes sin conciencia, o enfermos crónicos del sentimiento.
Dice nuestro experto que la homosexualidad no es hereditaria. Hay situaciones familiares y hábitos educativos que favorecen la tendencia homosexual. A los chicos les influye muy negativamente la conocida madre sobreprotectora y dominante; o un padre distante o poco viril, o que le dedica más tiempo y afecto a los otros hermanos. No favorece en nada una educación afectiva inadecuada en este sentido: el que la madre o el padre no se sientan contentos con sus propias condiciones de mujer o de hombre. También se da el caso de los padres que tratan a las hijas como si fueran chicos porque eso es lo que deseaban tener, o al contrario.
Aparte de la familia, que es muy importante, influye mucho también el trato con los compañeros del mismo sexo. Muchos homosexuales confiesan haber llegado a esa situación tras haberse visto marginados o minusvalorados por los mismos compañeros. Se trata de un complejo de marginación al no haberse visto aceptados. La mayoría de los científicos consideran la homosexualidad como un trastorno, aunque por influencia de los distintos colectivos o corrientes de opinión que están involucrados en este mundo se trate de considerar mas bien como condición.
Y al ser tratada socialmente la homosexualidad como una condición, ya casi no se habla de corrección o de terapia de tratamiento. Todo eso ha pasado a ser un tabú. Hoy, como afirma Aardweg la homosexualidad se ha politizado. En algunos programas de educación sexual se incluye la homosexualidad como algo normal. La epidemia del Sida podría haberse reducido en gran parte en Occidente, si se hubiese seguido considerando la promiscuidad homosexual como algo patológico, afirma el experto.
En algunas telenovelas de las que muchos son aficionados se llega a la aberración de presentar a parejas heterosexuales cargadas de problemas y de infidelidades, mientras que una parejita de homosexuales es presentada como modelo de felicidad, a los que hay que envidiar, y a los que acuden muchos a pedir consejo. Pero la realidad es todo lo contrario. Las parejas de homosexuales son muy frágiles, y se rompen con facilidad. Según un estudio alemán, el 60% de esas parejas duran un año, y sólo el 7% superan los cinco años.
Nuestro experto afirma rotundamente que la imagen de la pareja de homosexuales feliz, como espejo del matrimonio, es una mentira con fines propagandísticos. Entre ellos no son excepción la infidelidad, los celos, la soledad y las depresiones.
Podemos concluir entonces que, contrario a la opinión que considera la homosexualidad como una "opción normal", la homosexualidad es una variedad de trastorno piscológico, cuyo origen estaría en profundos sentimientos de inferioridad sexual experimentados especialmente durante la adolescencia, por comparación con otros jóvenes de la misma edad, y sería disparada por alguna situación en particular. En el caso de los niños estos son influenciados por personas sin escrúpulos que buscan imponer la ideología de que la homosexualidad es algo normal cuando no lo es en realidad.
Espero que este pequeño resumen sirva para darnos luz acerca de lo que la ciencia médica opina acerca de la homosexualidad. Desafortunadamente existen muchos médicos que sucumben ante la presión de grupos minoritarios para promover la homosexualidad como algo normal.
Para finalizar esta parte quisiera recomendar el libro "Homosexualidad y Esperanza", en el cual me basé para este artículo. El autor, como ya lo vimos, es el Dr. en psicología por la Universidad de Amsterdam Gerard J.M. van den Aardweg. En su libro, el Dr, Aardweg explica su terapia para tratar la homosexualidad y así lograr que una persona que padece este trastorno pueda llevar una vida verdaderamente normal.
Hasta aquí, la segunda parte de nuestra reflexión sobre la homosexualidad. En la tercera parte veremos las consecuencias de llegarse a aprobar la iniciativa del Ejecutivo Federal de elevar a nivel constitucional el matrimonio entre personas del mismo sexo.
Que Dios te llene de bendiciones.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario