sábado, 26 de diciembre de 2015

Los propósitos de Año Nuevo

En el principio existía la Palabra y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios.
Ella estaba en el principio con Dios.
Todo se hizo por Ella y sin Ella no se hizo nada cuanto existe.
En ella estaba la vida y la vida era la luz de los hombres, y la luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la vencieron.
Hubo un hombre, enviado por Dios: se llamaba Juan.
Este vino para un testimonio, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por él.
No era él la luz, sino quien debía dar testimonio de la luz.
La Palabra era la luz verdadera que ilumina a todo hombre que viene a este mundo.
En el mundo estaba, y el mundo fue hecho por ella, y el mundo no la conoció.
Vino a su casa, y los suyos no la recibieron.
Pero a todos los que la recibieron les dio poder de hacerse hijos de Dios, a los que creen en su nombre; la cual no nació de sangre, ni de deseo de hombre, sino que nació de Dios.
Y la Palabra se hizo carne, y puso su Morada entre nosotros, y hemos contemplado su gloria, gloria que recibe del Padre como Hijo único, lleno de gracia y de verdad. (Jn 1, 1-14)

sábado, 19 de diciembre de 2015

El verdadero significado de la Navidad

En estos días nuestro mundo está sumergido en un torbellino mercantilista que poco tiene de cristiano, recordemos el verdadero significado de la Navidad y preparemos nuestros corazones como un pesebre adecuado para que Nuestro Señor repose en él.

viernes, 11 de diciembre de 2015

María signo de la Misericordia de Dios

El Jubileo de la Misericordia, convocado por el Papa Francisco, dio inicio el pasado 8 de diciembre, en la fiesta de la Inmaculada Concepción. Que el Jubileo de la Misericordia haya iniciado en esta festividad no es casualidad.

sábado, 5 de diciembre de 2015

Jubileo de la Misericordia

El Jubileo de la Misericordia se celebrará durante el Año Santo Extraordinario que comenzará el 8 de diciembre de 2015, con la celebración de la Inmaculada Concepción de María, y concluirá el 20 de noviembre de 2016, con la celebración de Cristo Rey. Su finalidad es celebrar el quincuagésimo aniversario de la clausura del Concilio Vaticano II, profundizar en su implantación y situar en un lugar central la Divina Misericordia, con el fortalecimiento del sacramento de la reconciliación.