domingo, 29 de enero de 2017

Los Sacramentos de la Iglesia Católica

Los sacramentos de la Iglesia Católica son una celebración de la vida. En su infinita misericordia, Dios ha dispuesto para nosotros un conjunto de dones que al mismo tiempo que celebran la vida, nos dan la gracia para poder vivirla de acuerdo a su voluntad.

Los Sacramentos de la Iglesia Católica no son un invento de los hombres. Fue Cristo mismo quien los instituyó. La Iglesia los recibió y los administra en su nombre. La finalidad de cada uno de ellos corresponde a cada momento de la vida del hombre que celebra y fortalece.

Los Sacramentos son canales a través de los cuales recibimos la salvación de Dios. No son los únicos, pero si muy importantes, porque son queridos por Cristo para ofrecernos su vida. Por lo anterior, podemos decir que los Sacramentos son dones gratuitos, ya que Dios no vende su salvación, sino que es iniciativa de sus amor. Sin embargo, también requieren de nuestra cooperación; piden nuestra respuesta de fe.

Si hemos dicho que los Sacramentos son iniciativa de Dios que pide una respuesta, estamos afirmando que son un encuentro. Son oportunidades en que Dios se hace presente al hombre que lo busca en los principales momentos de su vida.

Naturaleza de los Sacramentos

Como el amor es algo que no es fácil de demostrar, ya que es invisible e interior, como invisible es Dios, se necesita descubrirlo por medio de signos, que son realidades que el hombre puede entender y ver. Por ejemplo, no basta con sentir o pensar que se ama a alguien, hay que demostrarlo con palabras y gestos para que el otro se sienta amado.

En el sentido etimológico, la palabra latina "sacramentum" es un sustantivo que se deriva del adjetivo "sacrum" que significa algo que santifica y equivale en griego a "misterio" (cosa oculta, sacra o secreta). En ellos se realiza la acción oculta de Dios que se revela en cada acto donde existe un compromiso del hombre frente a Dios. En un principio, el Plan de Dios para los hombres era algo oculto, es en Cristo donde se logra su total manifestación. La obra de Cristo es sacramental porque el misterio de salvación se hace presente bajo la acción del Espíritu Santo.

Por ello, Jesucristo instituye los Sacramentos que «son signos eficaces de gracia, instituidos por Cristo y confiados a la Iglesia por los cuales nos es dispensada la vida divina» (Catecismo de la Iglesia Católica n. 1131). Son un puente entre Dios y el hombre, donde se obtiene una plena comunicación. Son signos sensibles de una realidad sagrada, espiritual, invisible y trascendente. Mediante ellos, los fieles se unen a Dios y participan, de manera misteriosa y real, de la vida divina. Poseen una eficacia sobrenatural que hace posible que la gracia se produzca, no son algo que significan la gracia, sino que la producen.

Dimensión Eclesial de los Sacramentos

Los sacramentos, aún cuando produzcan una santidad que reside individualmente en cada persona, no son un asunto privado, sino que producen su efecto en la medida en la que el ser humano se adhiere al único organismo del que fluye la santidad: el Cuerpo de Cristo, en el cual permanece silencioso el Espíritu Santo, que consuma la obra de Cristo.

Sería un grave error pensar que pueda haber en la Iglesia un sacramento que se administre enteramente en privado. Por el contrario, toda la Iglesia está implicada en él, de la misma manera que cualquier metabolismo vital de un órgano del cuerpo humano está implicado en la vida total del organismo. A este respecto, Santo Tomás hace una aplicación muy concreta al bautismo de los niños: «En la Iglesia del Salvador, los niños creen por medio de los otros, de la misma manera que por medio de otros han contraído el pecado original que se les borra por el bautismo... Si la fe de la Iglesia Universal aprovecha al niño, es gracias al Espíritu Santo que causa la unidad de la Iglesia, y porque los tesoros individuales son comunes a todos» (Suma Teológica de Santo Tomás de Aquino).

Por eso, jamás puede obrar el ministro de los sacramentos como una persona privada, sino en representación de Cristo y de la Iglesia. Porque todos los Sacramentos están constituidos por Cristo, en la Iglesia, es decir, en el Cuerpo de Cristo.

Signo: Materia y forma

Dios, que conoce la naturaleza humana, quiso comunicar su gracia de manera sensible para que al hombre le fuera más fácil entender. También Jesucristo quiso utilizar signos sensibles que demostraran la acción invisible del Espíritu Santo, utilizando elementos materiales y comunes a la vida diaria de los hombres.

Estos elementos materiales no fueron escogidos arbitrariamente, sino que llevan el significado de lo que desea obtener sobrenaturalmente y que unidos a unas palabras se lograra un efecto santificador. Ejemplo: el agua nos hace pensar en limpieza. En el Bautismo se utiliza el agua como señal de que se nos borra toda mancha de pecado que pudiera existir en el alma y que impide la santificación.

A estos elementos materiales los denominamos “materia” y las palabras que la acompañan son la “forma”. La materia y la forma son elementos constitutivos de los sacramentos y son la esencia misma de cada uno de ellos. Ambas son inseparables, significan una sola acción. Si falta la forma, no hay sacramento, si falta la materia, tampoco. La Iglesia, en su calidad de custodia de estos medios de salvación, no puede variar la esencia misma, solamente puede cambiar el rito. (Cfr. Ef. 5, 26; Hechos 6, 6; Sant. 5, 14).

La Materia es la “cosa sensible”, lo que se emplea cuando se administran los sacramentos y que se percibe a través de los sentidos. Por ejemplo el agua en el Bautismo, el pan y el vino en la Eucaristía. Esa cosa sensible y unida a la forma es “signo” de otra cosa, la gracia.

La Forma son las palabras que se pronuncian, guardan una relación con la materia y ambas le dan sentido completo a la acción que allí se está llevando a cabo. Ejemplo de palabras: “Yo te bautizo en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo”, dichas mientras se derrama el agua sobre el bautizado.

La Gracia

En nuestro lenguaje diario, la palabra gracia nos hace pensar en cosas agradables, pero cuando hablamos en un sentido teológico nos referimos a la “gracia sobrenatural”. Que es un DON sobrenatural que Dios nos concede para poder alcanzar la vida eterna, y esta gracia se nos confiere, principalmente, por medio de los sacramentos. Es algo que Dios nos regala, nadie ha hecho nada con su propio esfuerzo para obtenerla. El primer paso siempre lo da Dios. Es don sobrenatural porque lo que se está comunicando es la vida de Dios que va más allá de toda la naturaleza creada. Solamente por medio de la gracia, el hombre puede alcanzar la vida eterna, que es el fin para el que fue creado. Este regalo de Dios exige la respuesta del hombre.

Es un don sobrenatural infundido por Dios en nuestra alma, merecida por la Pasión de Cristo, que recibimos por medio del Bautismo, que nos hace, justos, hijos de Dios y herederos del cielo. El Espíritu Santo nos da la justicia de Dios, uniéndonos, por medio de la fe y el Bautismo, a la Pasión y Resurrección de Cristo. Cuando perdemos esta gracia al pecar gravemente, la recuperamos en el sacramento de la Reconciliación. Al recibir alguno de los otros sacramentos se nos aumenta esta gracia. (Catecismo de la Iglesia Católica. 1996.ss).

La Gracia produce tres efectos importantes en nosotros:
  • Borra el pecado, es decir nos hace justos. 
  • Nos hace posible la participación de la vida divina. Al borrarse el pecado, se nos comunica la vida de Dios, nos da una vida nueva.
  • Por medio de la gracia, nuestras buenas obras adquieren méritos sobrenaturales. La Sagrada Escritura hace muchas referencias sobre estos méritos (Cfr. 1Tim. 4,7; Lc. 6, 38; 1 Cor. 3, 8; Rom. 2, 6-8). Las promesas hechas por Cristo sobre los méritos de las buenas obras hizo que esto fuera declarado como verdad de fe

Clasificación de los Sacramentos

Los Sacramentos se clasifican en tres grupos: Sacramentos de Iniciación, Sacramentos de Sanación y Sacramentos de Servicio.


CLASIFICACIÓN DE LOS SACRAMENTOS

SACRAMENTOS DE INICIACIÓN

  • BAUTISMO
  • EUCARISTÍA
  • CONFIRMACIÓN

SACRAMENTOS DE SANACIÓN

  • RECONCILIACIÓN
  • UNCIÓN DE LOS ENFERMOS

SACRAMENTOS DE SERVICIO

  • MATRIMONIO
  • ORDEN SACERDOTAL


Sacramentos de Iniciación: son los que ponen los fundamentos de la vida cristiana, Bautismo, Confirmación y Eucaristía. “La participación en la naturaleza divina que los hombres reciben como don mediante la gracia de Cristo, tiene cierta analogía con el origen, el crecimiento y el sustento de la vida natural. En efecto, los fieles que han renacido por el Bautismo, se fortalecen con el Sacramento de la Confirmación y finalmente, son alimentados en la Eucaristía con el manjar de la vida eterna, y así por los sacramentos de iniciación cristiana, reciben cada vez con más abundancia los tesoros de la vida divina y avanzan hacia la perfección de la caridad”. (Catecismo de la Iglesia Católica N° 1212)

Sacramentos de Sanación: son los que sanan, así como Cristo, médico de cuerpo y alma sanó y perdonó durante su vida terrena y quiso que la Iglesia continuase, con la fuerza del Espíritu Santo, su obra de sanación y de salvación. Esta es la finalidad de la Reconciliación y la Unción de los Enfermos. (Catecismo de la Iglesia Católica N° 1421)

Sacramentos de Servicio: los sacramentos de Iniciación fundamentan la vocación a la santidad y la misión de evangelizar al mundo. El Orden y el Matrimonio, son los que van ordenados hacia la salvación de los demás. Ayudan a la salvación personal, pero ésta se logra por medio del servicio a los otros (Catecismo de la Iglesia Católica N° 1533 - 1534).

En el próximo tema profundizaremos en los Sacramentos de Iniciación.

Que Dios te llene de bendiciones.

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