domingo, 15 de enero de 2017

Los riesgos de las redes sociales.

En esta ocasión el Psicólogo Carlos Gerardo Quijada nos comparte un tema acerca de los riesgos de las redes sociales.

El 25 de abril de 2015, el Papa Francisco compartió la siguiente reflexión a través de su cuenta de Twitter. Escribió: 



No sé exactamente cuál fue el pensamiento del Papa detrás de este comentario pero inmediatamente pensé cómo, ahora más que nunca, pasamos más y más tiempo encerrados en nuestros "muros" de Facebook.

Las redes sociales han facilitado grandemente la comunicación. Casi inmediatamente podemos comunicarnos con nuestros seres queridos, podemos mantener con ellos un contacto diario, y eso es bueno. También nos mantenemos informados de los acontecimientos  más recientes, sean verdaderos o ficticios, es importante enfatizar que el Internet facilita el compartir información pero no toda la información compartida es creíble o verdadera, hay que tener cuidado.

Curiosamente hay personas que comunican cada paso que dan, nos avisan cuando van al baño y cuando se rascan la cabeza. Muchos ponen fotos de lo que comen cada día y muchos nos deleitan o más bien nos enfadan con sus numerosos "selfies". Todos somos modelos en las redes sociales.

A través de las redes sociales también nos mantenemos informados de los pasos que dan las grandes personalidades del mundo del entretenimiento. Sentimos hasta cierto punto que los artistas son realmente nuestros "amigos".

Hay muchas cosas buenas que se logran a través de las redes sociales: podemos evangelizar, podemos motivar, podemos inspirar y compartir ideas, música y arte, podemos ayudar a la sociedad a hacer consciencia de los problemas dentro de nuestras comunidades. Podemos mantenernos en contacto unos con otros y obviamente podemos entretenernos a través de las redes sociales. Se logra mucho bien.

Pero hay un fenómeno muy interesante que se está desarrollando a causa de las redes sociales. Creo que el Papa hizo alusión a esto en su mensaje a través de Twitter, él nos dice que debemos de salir de nuestros "muros", ¿porqué? Porque pasamos mucho tiempo encerrados en ellos.

Después de leer este twit, escribí lo siguiente en mi página de Facebook: «No te quedes encerrado en el face creyendo que con darle "me gusta" a la foto de un niño con hambre ya estas haciendo una obra de caridad. ¡Levántate y haz algo!.»

En primer lugar las redes sociales nos llevan a correr el riesgo de desarrollar una pasividad enfermiza. Mientras la foto del niño con hambre recibe no miles sino millones de "me gusta", el niño sigue con hambre. Con darle "me gusta" a la foto sentimos que hicimos algo pero en realidad no hicimos absolutamente nada.

¿Cuántos videos de peleas se publican cada día por Facebook? Mientras niños y niñas se pelean, mientras jóvenes se pelean ¿cuántas personas se quedan paradas tomando video para subirlo a Facebook? Es más importante publicar en nuestros "muros" que levantarnos a hacer algo. Y lo más interesante es que si diez personas publican un video miles de personas lo miran y lo comparten y esa pasividad enfermiza se contagia y crece. Encerrados en nuestros "muros" no hacemos nada por edificar el Reino de Dios.

Así como las redes sociales se pueden poner al servicio del Reino de Dios la pasividad que producen en nosotros  es arma del enemigo. Mientras seguimos encerrados en nuestros "muros" no hacemos lo que nos toca para edificar el Reino de Dios. El apóstol Santiago nos recuerda que la fe sin obras está muerta.

Y sería fácil decirle a uno: «Tú tienes fe, pero yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin obras, y yo te mostraré mi fe a través de las obras. (Santiago 2, 18).

La verdadera fe nos lleva a la acción, nos mueve, nos impulsa.

Si un hermano o una hermana no tienen con qué vestirse ni qué comer, y ustedes les dicen: «Que les vaya bien, caliéntense y aliméntense», sin darles lo necesario para el cuerpo; ¿de qué les sirve eso? (Santiago 2, 15-16).

A parte de producir en nosotros una pasividad enfermiza, las redes sociales también pueden llevarnos a vivir en un mundo de fantasía creando y creyendo ilusiones. Creemos que somos amigos de los famosos porque los seguimos en Facebook. Creemos que los famosos se comunican directamente con nosotros a través de Twitter. Eso es una fantasía.

Pero también las redes sociales nos permiten fingir ser alguien quien no somos. En verdad que si fuéramos en la vida real lo que pretendemos ser en  Facebook el mundo sería muy diferente. Por ejemplo, hay parejas que no se soportan en la vida real pero cómo se aman en Facebook. En la vida real se pelean, se maltratan, se quejan el uno del otro pero en Facebook se escriben de forma muy romántica, suben fotos con flores y publican puras palabras de amor y sus seguidores los felicitan por ser tan bonita pareja.

Hay mucha gente que no se para en la iglesia, que no ora, que no frecuenta la Palabra de Dios ni los sacramentos, pero son católicos muy devotos en Facebook y no ponen otra cosa que fotos religiosas y palabras de fe, no publican otra cosa más que no sea de Dios.

Me parece un poco gracioso cuando en el día de las madres hay personas que escriben palabras de amor y agradecimiento a sus madres, incluso suben fotos de su madre, cuando en la vida real ni la frecuentan. Me parece más gracioso aún cuando le mandan un mensaje a su madre en Facebook pero su madre no sabe prender una computadora ni sabe entrar al Internet, pero ahí está publicado el mensaje hermoso.

Hace poco el Papa Francisco nos invitó a no ser cristianos de apariencia, cristianos con maquillaje. Hablaba de poner en práctica la Palabra y no conformarnos con decir que tenemos fe. Él compartía acerca de la casa construida sobre la arena y de cómo la tempestad la derrumba fácilmente. Los cristianos de apariencia caen fácilmente en el momento de la prueba. ¿Qué pasa con el maquillaje cuando le cae agua?, el maquillaje se cae. Así los cristianos de apariencia, los cristianos maquillados cuando viene la lluvia de la prueba el maquillaje se cae. Dios le dijo a Samuel que los hombres se fijan en las apariencias pero Él se fija en el corazón (1 Samuel 16, 7)

Las redes sociales nos ayudan a creer y crear ilusiones, a fingir, a guardar apariencias. Hasta nos sentimos populares por el número de seguidores que tenemos. Los "me gusta" alimentan nuestro ego, nuestra vanidad. Hay personas que se toman una gran cantidad de fotos a diario, eso puede ser vanidad.

No caigamos en falsas ilusiones, en fantasías. No permitamos que las redes sociales nos separen de la realidad. Puedo decir que las redes sociales nos llevan a un cierto estado de psicosis, que es un desconecte con la realidad.

No seamos cristianos de apariencia, no seamos cristianos de maquillaje, construyamos nuestra casa, nuestra vida, nuestra fe sobre la roca.

Aclaro que el Internet y las redes sociales pueden ser de bendición y los podemos usar como herramientas para construir el Reino de Dios, pero también nos pueden llevar a una pasividad enfermiza y a crear, y creer, fantasías que nos separan de la realidad









Agradezco enormemente al psicólogo Carlos Gerardo Quijada, por habernos compartido este tema.








Que Dios te llene de bendiciones.

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