Es impresionante el poder de la publicidad en nuestro medio
que nos lleva a comprar, a pensar y a vivir de una manera en la que ni siquiera
hemos reflexionado. Cuando nos damos cuenta estamos atrapados por el
consumismo, el cual no respeta edad, nacionalidad o creencia religiosa. Se vale
de cualquier elemento para atraer nuestra atención con el fin de vender. El
problema es que muchas veces, los que salimos más perjudicados con esto somos
los cristianos.
Entre los ejemplos que podríamos mencionar están la Navidad
y la fiesta de Todos los Santos. En la primera nos damos cuenta, con bastante
tristeza, que el día de Navidad, estamos llenos de regalos, sin un centavo en
la bolsa y lo peor, es que nuestra actividad "compradora" ha dejado
de lado la preparación espiritual para la fiesta del "nacimiento de
Cristo". Se ha cambiado su figura por un Santa Claus y la cena de Navidad
consiste en el intercambio de regalos y una exquisita cena (si ésta es posible
dado que ya se gastó uno todo el aguinaldo y las tarjetas de crédito están
hasta el tope). De manera que nuestra fiesta cristiana, poco a poco se ha ido
transformando en una fiesta comercial, en la que muchas veces el único ausente
es precisamente el festejado: Cristo.
Caso semejante sucede con la celebración de "Todos los
Santos" en donde vemos que al aproximarse el 31 de Octubre las tiendas se
ven llenas de: mascaras, trajes de monstruos, atuendos de brujas, calabazas con
expresiones terroríficas, etc., en fin, de artículos que poco tendrían que ver
con nuestra fe y con la fiesta que se celebrará.
Dado que nos acercamos a esta fecha, quisiera compartir
contigo algunos elementos de reflexión que nos lleven a valorar nuestra fe y a
no dejarnos influenciar por el mercantilismo que puede incluso cambiar o
destruir nuestra fe y nuestras costumbres.
Un poco de historia
Podemos considerar que celebración del Halloween tiene dos
orígenes que en el transcurso de la historia se fueron mezclaron.
a. Origen Pagano
Por un lado encontramos que el origen pagano podríamos
atribuirlo a la celebración Celta, llamada "Samhain" y que tenía como
objetivo dar culto a los muertos. La invasión de los Romanos (46 A.C) a las
Islas Británicas dio como resultado la mezcla de la cultura Celta, la cual con
el tiempo terminó por desaparecer. Su religión llamada Druidismo, con la
evangelización terminó por desaparecer en la mayoría de las comunidades Celtas
a finales del siglo II.
Sobre la religión de los Druidas, no sabemos mucho pues no
escribieron sobre ella, todo se pasaba de generación en generación. Sabemos,
que las festividades del Samhain se celebraban muy posiblemente entre el 5 y el
7 de Noviembre (a la mitad del equinoccio de verano y el solsticio de invierno)
con una serie de festividades que duraban una semana, finalizando con la fiesta
de "los muertos" y con ello se iniciaba el año nuevo Celta. Esta
fiesta de los muertos era una de sus festividades principales pues celebraban
lo que para nosotros sería el "cielo y la tierra" (conceptos que
llegaron sólo con el cristianismo). Para ellos el lugar de los muertos era un
lugar de felicidad perfecta en la que no había hambre ni dolor. Los celtas
celebraban esta fiesta con ritos en los que, los sacerdotes druidas, sirviendo
como "médium", se comunicaban con sus antepasados esperando ser
guiados en esta vida hacia la inmortal. Se dice que los "espíritus"
de los muertos venían en esa fecha a visitar sus antiguos hogares.
b. Origen Cristiano
Desde el siglo IV la Iglesia de Siria consagraba un día a
festejar a "Todos los Mártires". Tres siglos más tarde el Papa
Bonifacio IV (+615) transformó un templo romano dedicado a todos los dioses
(panteón) en un templo cristiano dedicándolo a "Todos los Santos", a
todos aquellos que nos habían precedido en la fe. La fiesta en honor de Todos
los Santos, inicialmente se celebraba el 13 de Mayo, pero fue el Papa Gregorio
III (+741) quien la cambió de fecha al 1º de Noviembre, que era el día de la
"Dedicación" de la Capilla de Todos los Santos en la Basílica de San
Pedro en Roma. Más tarde, en el año 840, el Papa Gregorio IV ordenó que la
Fiesta de "Todos los Santos" se celebrara universalmente. Como fiesta
mayor, ésta también tuvo su celebración vespertina en la "vigilia"
para preparar la fiesta (31 de Octubre). Esta vigilia vespertina del día
anterior a la fiesta de Todos los Santos, dentro de la cultura anglosajona se
tradujo al inglés como: "All Hallow´s Eve" (Vigilia de Todos los
Santos). Con el paso del tiempo su pronunciación fue cambiando primero a
"All Hallowed Eve", posteriormente cambio a "All Hallow
Een" para terminar en la palabra que hoy conocemos "Halloween".
Por otro lado ya desde el año 998, San Odilo, abad del
monasterio de Cluny, en el sur de Francia, había añadido la celebración del 2
de Noviembre, como una fiesta para orar por las almas de los fieles que habían
fallecido, por lo que fue llamada fiesta de los "Fieles Difuntos" la
cual se difundió en Francia y luego en toda Europa.
Halloween en nuestros días
Si analizamos la actual celebración del Halloween veremos
que poco tiene que ver con sus orígenes. De ellos sólo ha quedado el hecho de
la celebración de los muertos pero dándole un carácter TOTALMENTE distinto al
que tuvo en sus orígenes y agregándole poco a poco una serie de elementos que
han distorsionado totalmente la fiesta, sea "de los muertos
(difuntos)" como de "todos los santos".
Entre los elementos que se le han agregado, tenemos por ejemplo,
la tradición de "disfrazarse", misma que muy posiblemente nació en
Francia entre los siglos XIV y XV para la celebración de la Fiesta de
"Todos los Santos". Durante esta época Europa fue flagelada por la
plaga bubónica o "peste bubónica" (también conocida como "la
muerte negra") en la cual murió alrededor de la mitad de la población.
Esto creó en los católicos un gran temor a la muerte y una gran preocupación
por esta. Se multiplicaron las "misas" en la fiesta de los "Fieles
Difuntos" (2 de Noviembre) y nacieron muchas representaciones artísticas
que le recordaban a la gente su propia mortalidad.
Estas representaciones eran conocidas como la "Danza de
la Muerte". Dado el espíritu "burlesco" de los franceses, en la
víspera de la fiesta de los "Fieles Difuntos", se adornaban las
paredes de los cementerios con imágenes en las cuales se veía al diablo guiando
una cadena de gente: Papas, reyes, damas, caballeros, monjes, campesinos,
leprosos, etc. (la muerte no respeta a nadie), y los conducía hacia la tumba.
Estas representaciones eran hechas también basándose en cuadros plásticos, con
gente disfrazada de personalidades famosas y en las distintas etapas de la
vida, incluida la muerte a la que todos debían de llegar.
Al parecer la tradición "dulce o travesura" (Trick
or Treat), tiene su origen en la persecución que hicieron los protestantes en
Inglaterra (1500-1700) contra los católicos. En este período en Inglaterra los
católicos no tenían derechos legales: no podían ejercer ningún puesto público y
los perseguían con multas, impuestos elevados y hasta cárcel. El celebrar misa
era una ofensa capital y cientos de sacerdotes fueron martirizados.
Un incidente, producto de esta persecución y de la defensa
del catolicismo fue el intento de hacer volar al rey protestante Jaime I y su
Parlamento con "pólvora de cañón", marcando así el inicio de un
levantamiento católico contra sus opresores. Sin embargo el "Plan pólvora
de cañón" ("Gunpowder Plot") fue descubierto en Noviembre 5,
1605, cuando el que cuidaba la pólvora, un convertido descuidado, llamado Guy
Fawkes, fue capturado y ahorcado. Esto generó una fiesta que muy pronto se
convirtió en una gran celebración en Inglaterra (incluso hasta nuestros días).
Muchas bandas de protestantes, ocultos con máscaras, celebraban esta fecha
visitando a los católicos de la localidad y exigiéndoles cerveza y pasteles
para su celebración, diciéndoles: "Trick or Treat". Más tarde el
"Día de Guy Fawkes" llegó a las colonias con los primeros colonos que
llegaron a América trasladándose al 31 de octubre para unirla con la fiesta del
Halloween.
Podemos entonces darnos cuenta que la actual fiesta del
"Halloween" es producto de la mezcla de muchas tradiciones que los
inmigrantes trajeron a los Estados Unidos desde los inicios del 1800,
tradiciones que ya han quedado olvidadas en Europa pues sólo tienen sentido en
la integración que la cultura americana le ha dado en esta celebración.
Nuevos elementos de Halloween
Muy posiblemente, producto de su identificación con la
fiesta de los Druidas, en la cual se "invocaba" a los muertos y los
mismos sacerdotes servían de médium, esta celebración del 31 de Octubre, se ha
ido identificando con diversos grupos "neo paganos" y peor aún, con
celebraciones satánicas y ocultistas.
El festival a "Samhain" llamado hoy en día el
"festival de la muerte" es reconocido por todos los satanistas,
ocultistas y adoradores del diablo como víspera del año nuevo para la brujería.
Anton LaVey, autor de la "La Biblia Satánica" y sumo sacerdote de la
Iglesia de Satanás, dice que hay tres días importantes para los satanistas: (1)
Su cumpleaños; (2) El 30 de Abril y (3) el más importante, Halloween. LaVey
dice que es en esta noche que los poderes satánicos, ocultos y de brujería están
en su nivel de potencia más alto. Y que cualquier brujo u oculista que ha
tenido dificultad con un hechizo o maldición normalmente puede tener éxito el
31 de Octubre, porque Satanás y sus poderes están en su punto más fuerte esta
noche.
Por otro lado el 31 de Octubre, de acuerdo a la enciclopedia
"World Book", Halloween es la víspera del año nuevo para la brujería
y dice que es el principio de todo lo que es "frío, oscuro y muerto".
Hollywood ha contribuido también a la distorsión de esta
fiesta creando una serie de películas como "Halloween" en las cuales
la violencia gráfica, los asesinatos, etc., crean en el espectador en estado de
angustia y ansiedad. No podemos decir que estas películas son solo para
adultos, pues es una realidad que dada nuestra cultura y el relajamiento en la
censura pueden ser vistas, muchas de estas, incluso en la televisión comercial
creando en los niños miedo y sobre todo una idea errónea de la realidad.
Esta fiesta se ha ligado de tal manera al ocultismo que es
un hecho comprobado que la noche del 31 de Octubre en muchos países se realizan
misas negras, cultos espiritistas, y otras reuniones relacionadas con el mal y
el ocultismo.
Podemos darnos cuenta, entonces que queriendo o no, estos
elementos se han mezclado también en la celebración actual del Halloween y como
producto de su influencia, se han agregado a los disfraces, las tarjetas y
todos los elementos comerciales: las brujas, los gatos negros, los vampiros,
los fantasmas y toda clase de monstruos terroríficos, muchos de ellos con
expresiones verdaderamente satánicas.
Para nuestra reflexión
Ante todos estos elementos que componen hoy la fiesta del
"Halloween" nos preguntamos:
¿Es qué aras de la diversión podemos aceptar que los
niños al visitar las casas de los vecinos, les EXIJAN dulces a cambio de no
hacerles un daño (rayar las paredes, romper huevos en las puertas, etc.)?
¿Qué experiencia (moral o religiosa) queda en el niño que
para "divertirse" ha usado disfraces de diablos, brujas, muertos,
monstruos, vampiros y demás personajes relacionados principalmente con el mal y
el ocultismo, sobre todo cuando la televisión y el cine identifican estos
disfraces con personajes contrarios a la sana moral y ni que decir de la fe y
los valores del evangelio (paz , justicia, amor, lealtad, bondad, etc.)?
¿Cómo podríamos justificar como padres de una familia
cristiana que nuestros hijos, en el día de Halloween, hagan daño a las
propiedades ajenas? ¿No seríamos totalmente incongruentes con la educación que
hemos venido proponiendo en la cual se debe respetar a los demás y que las
travesuras o maldades no son buenas? ¿No sería esto aceptar que una vez al año
se puede hacer lo prohibido?
Con los disfraces y la identificación que tienen estos con
Hollywood, ¿no estamos promoviendo en la conciencia de los pequeños que el mal
y el demonio son sólo fantasías, parte de un mundo irreal que nada tiene que
ver con nuestras vidas y que por lo tanto no nos afectan?
¿Qué experiencia religiosa o moral, queda después de la
fiesta del Halloween? ¿No es esta otra forma de relativismo religioso con la
cual vamos permitiendo que nuestra fe y nuestra vida cristiana se vean
debilitadas?
Si aceptamos todas estas ideas, y las relativizamos, en
"aras de la diversión de los niños", ¿cómo podremos corregir y
hacerle ver a nuestros hijos el mal que se esconde detrás del "juego"
de la "Ouija" que pone en grave peligro su vida espiritual? ¿O que
diremos al joven que durante toda su infancia "jugó" al Halloween,
cuando este visita a los brujos, hechiceros, médiums, y los que leen las
cartas, todos ellos contrarios a la fe y a la vida cristiana?
Es que nosotros como cristianos, mensajeros de la paz, del
amor, de la justicia, portadores de la luz para el mundo, ¿podemos
identificarnos con esta fiesta en donde todos sus elementos, hoy por hoy,
hablan de temor, injusticia, miedo, y oscuridad?
Si somos sinceros con nosotros mismos y buscamos ser fieles
a nuestra fe y a los valores del Evangelio, tendríamos que concluir que la
ACTUAL fiesta del "Halloween" no sólo no tiene nada que ver con la
celebración que le dio origen, sino que incluso es nociva y contraria a la fe y
la vida cristiana.
Ante esta realidad que inunda nuestro medio y que es
promovida sin medida por el consumismo en el que estamos envueltos nos
preguntamos: ¿Qué podemos hacer? ¿Taparnos los ojos para no ver la realidad?
¿Buscar buenas excusas para justificar su presencia y no darle mayor
importancia, que al cabo que es un juego mientras que ésta se sigue esparciendo
por el mundo como un reguero de pólvora? ¿Prohibirles a nuestros hijos que no
participen en ella mientras que muchos de sus vecinitos y amigos ese día
estarán en la calle y ellos no? ¿Serían capaces los niños de entender todos los
peligros que corren y el por qué de nuestra negativa a la vivencia de la
fiesta?
Creo que la respuesta no es sencilla, sin embargo Jesús nos
dijo: "Sean mansos como la paloma y astutos como la serpiente". Por
ello quisiera proponerte una experiencia que realizamos en mi parroquia y que
nos dio muy buen resultado para devolverle el sentido original a la fiesta del
"All Hallow´s eve".
Lo primero que hicimos es organizar una catequesis con los
niños en los días anteriores a la fiesta, haciéndoles ver la importancia de
celebrar a nuestros santos, como vencedores de la fe, como verdaderos
"héroes" del cristianismo. Cómo para ellos no fue fácil el ser buenos
cristianos, pero que con la gracias de Dios es posible. Por ello nosotros los
celebramos el día 1º de Noviembre.
Les hicimos ver lo negativo que hay en la fiesta del
Halloween de la manera en que se festeja actualmente. Les dijimos que así no
era al principio. Que muchos elementos contrarios a nuestra fe y a nuestros
valores cristianos se habían mezclado en ella. Les hicimos ver que Dios quiere
que seamos buenos y que no nos identifiquemos ni con las brujas ni con los
monstruos, pues nosotros somos sus hijos. Les leímos a los niños algunos de los
pasajes en los cuales Jesús expulsa a los demonios para hacerles ver que esto
es malo y contrario a nuestra fe.
Para la fiesta del Halloween invitamos a que todos se
disfrazaran de algún personaje bíblico o de alguna persona que ellos supieran
que había sido buena y que por lo tanto seguramente estaría ya en el cielo (por
supuesto que no faltaron trajes de Superman, Batman, etc.). Cada uno de los
participantes debía dar una explicación de por que había venido vestido de esta
manera.
A cada uno de los niños les dimos una bolsita de dulces los
cuales deberían repartir en las casas que se iban a visitar. Les hicimos ver
que Jesús nos enseñó a dar, pues el mismo se dio hasta la misma muerte, que
nosotros y todos los santos, los hombres buenos tienen más alegría en dar que
en recibir. Al llegar a la casa que se habría de visitar, se saludaba a la
gente diciéndoles: "Dios te ama" y se les daba un caramelo.
Al final, hubo una gran fiesta con los papás, y con toda la
gente que participó en el Halloween. Se dieron premios a los mejores disfraces
y a las mejores explicaciones de "por qué" se habían disfrazado de
esta manera. La fiesta fue un éxito y todos salimos con una experiencia muy
positiva y sobre todo muy cristiana.
De esta manera, reintegramos el valor verdadero de la
fiesta, celebrando la "Vigilia de Todos los Santos" o
"Halloween".
¿No podrías tú hacer los mismo y juntar a los vecinitos,
primos y amiguitos de tus hijos y organizar un verdadero "Halloween"
en tu barrio? Alguien tiene que empezar a cambiar nuestra cultura y
reintegrarle el carácter cristiano que ha ido perdiendo. En estos tiempos de
crisis, Jesús nos exige comprometernos con él y con su evangelio. Cada uno
tiene que tomar su puesto en la reevangelización de nuestra cultura. No nos
podemos quedar cruzados de brazos viendo cómo nuestra familia se hunde poco a
poco y de manera casi imperceptible en el relativismo, en el materialismo y el
paganismo práctico. No permitamos que la comercialización y las fuerzas
contrarias a nuestra fe nos lleven a vivir cosas que, lejos de ayudarnos, ponen
en riesgo nuestra felicidad y la de nuestra familia. Recobremos nuestros
valores para ser cristianos auténticos, aunque para ello tengamos que ir en
contra del mundo y sus ideas. Recordemos que el mismo Jesús oró a su Padre para
que lo pudiéramos hacer:
«Padre, yo les he dado tu palabra, y el mundo los ha
odiado; porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. No ruego que
los quites del mundo, sino que los guardes del Maligno. No son del mundo, como
tampoco yo soy del mundo. Santifícalos en la verdad; tu palabra es
verdad». (Juan 17,14-17)

Autor: Padre Ernesto María Caro
Director de Evangelización Activa
http://www.evangelizacion.org.mx/
Que Dios te llene de bendiciones.
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